Ahí donde sangra, donde la sombra te alcanzan y come de tu mano, donde cierras los ojos para mirarte y no sabes si estás ciego o no hay nada para ver. Ahí dónde sangra y se apaga el cigarrillo al borde de la cama, donde buscas la punta de una vena para estirar y ver si desovillas el cuerpo y los gritos enredados encuentran su lugar. Ahí donde sangra todavía y me pierdo, tu cara pierde contorno y no sé hablar, no sé el camino y todavía, pero antes, aunque ahora estás golpeando y no tienes manos pero sangra al borde de la cama y fuma un ojo que no se calla.
Ahí donde sangra, todavía sangra.
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